2021 o el año en el que redescubrí la vida 'slow'

Esta foto corresponde a uno de los días más felices de mi 2021. El 20 de octubre presentamos Celestina, una colección en la que habíamos invertido meses y meses de duro trabajo y que por fin iba a ver la luz. Me había imaginado tantas veces ese día que era incapaz de distinguir entre sueños y realidad. Los nervios proliferaban según se acercaba la fecha y preparábamos con mimo
cada detalle. 
 
Pocos días antes tuvimos que tomar una decisión y dejar fuera de la cita a la pieza estrella de la colección, el Jersey Melibea: nuestra primera prenda de punto y uno de los pasos más importantes que he dado desde que nació Culto 1105. Como seguro imagináis, tomar la decisión no fue nada fácil y os mentiría si dijera que la frustración no se apoderó de mi. Por un lado, sentía que debía ajustarme al calendario oficial de la moda, para el que ya llegaba tarde, y por otro, no podía imaginarme Celestina sin su protagonista. Pese a dicha ausencia, la presentación fue mucho mejor de lo esperado. Disfrutamos de buena comida, vino y charla, mientras recuperamos la placentera sensación de crear con nuestras propias manos en un taller de velas artesanales. 
 
En los días posteriores al evento, coleccioné mensajes de interés por las novedades y con cada lanzamiento, los comentarios de apoyo e ilusión se multiplicaban. Nos llevó aproximadamente un mes más ajustar cada detalle del jersey para hacerlo irresistible. Llegamos a diciembre con todo atado y solo ahí, estuvimos listos para revelar el secreto que tantas ganas teníamos de contaros. 
 
Escribo estas palabras el 31 de diciembre de 2021, con el jersey agotado en cinco de los seis colores y la satisfacción de haber hecho un buen trabajo. “Ha merecido la pena la espera” me repito, y ¡cómo no iba a merecerla! De forma instintiva, he sido coherente con los valores que Culto 1105 promueve, con un modelo de producción en el que creo, basado en la desaceleración de los procesos con el fin de hallar el mejor resultado y con la contribución que siempre he deseado hacer al mercado: distinción, calidad y durabilidad. 
 
Agoto las últimas horas del 2021 con la lección aprendida y con el propósito de convertir las bases en las que se apoya la moda lenta en un planteamiento vital aplicable a todas las situaciones a las que me enfrente. Parar, tomar conciencia del ahora y conectar con las personas que me rodean. Al 2022 le pido sentirnos mucho más cerca.
 
Gracias por hacer que merezca la pena.

Marta.

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